Revisa los champiñones en busca de áreas secas, arrugadas y marchitas. Las arrugas y las áreas secas son el primer signo de que los champiñones están a punto de echarse a perder. Si están a punto de secarse y no están desteñidos, viscosos u olorosos, úsalos inmediatamente.
Los champiñones marchitos están a punto de echarse a perder. Una vez que hayan comenzado a marchitarse, no faltará mucho antes de que no puedas usarlos.
Busca magulladuras y áreas marrones. Ten cuidado de comer champiñones con magulladuras. En lo que se refiere a la salud alimentaria, la decoloración nunca es un buen signo. Las magulladuras y los puntos marrones o negros están entre los primeros signos de que los champiñones van a echarse a perder.
En cuanto a los champiñones magullados y otros alimentos sin signos de echarse a perder, considera cortar la magulladura y usar el resto. Si los champiñones están cubiertos con manchas oscuras, ya no sirven.
Arroja los champiñones babosos. Una cobertura viscosa es un signo definitivo de que los champiñones son inservibles. Aún peor, crecimiento de moho visible significa que definitivamente debes echarlos a la basura. Deshazte de ellos en lugar de correr el riesgo de tener intoxicación alimentaria.
En este punto, los champiñones habrán perdido su sabor y valor nutricional, así que no hay ningún beneficio en comerlos.
Deshazte de los champiñones que tengan un olor agrio o a pescado. El mal olor es otro signo infalible de que los hongos ya no están en buen estado. Los champiñones frescos deben tener un olor ligeramente dulce y terroso, pero no te dejes engañar. Si los hueles y tienen un olor penetrante o a pescado, es hora de tirarlos a la basura.