La ingesta habitual de champiñones nos ayuda a reducir el riesgo de padecer cáncer, ya que son ricos en betaglucanos, que estimulan al sistema inmune, frenan el crecimiento de ciertos tumores o incluso la aparición de metástasis, además de activar los linfocitos T, las Natural Killer y los macrófagos (los encargados de eliminar a las células tumorales).
En Japón, el uso de champiñones durante la quimioterapia es habitual, y se ha demostrado que estos suplementos mejoran la supervivencia y el tiempo libre de enfermedad tras la quimioterapia, además de reducir los vómitos relacionados con el tratamiento.